Hace más de 10 años, cuando el CrossFit todavía era una novedad para muchos, solo teniamos una meta: abrir nuestro propio box. No teníamos mucho, solo una idea clara de lo que queríamos construir.
Empezamos de cero, en un rubro que recién nacía. Fue aprendizaje constante, esfuerzo físico y mental.
Hoy, cuando vemos lo que Atrox es, nos emociona. No solo por lo que logramos, sino por cada persona que entra al box y se lleva más que un buen entrenamiento: confianza, motivación y comunidad.
Atrox nació del esfuerzo, y se sostiene con el mismo espíritu con el que empezó: acompañar, empujar, motivar. Y recordarte, todos los días, que sí podés.
Bienvenido a Atrox. Acá entrenamos distinto.